jueves, 22 de julio de 2010

Otoño prestado

Inauguro hoy una nueva etiqueta en mi blog, es una entrada triste: "sin palabras".
Lo utilizaré cuando no tenga nada que decir (o prefiera callarmelo, claro jeje).
En cualquier caso os regalo un pedacito de otoño, aunque con ciertos retazos de primvarera, que he tomado prestado.
Letra de Goytisolo, la adaptación de Los Suaves. También viene la letra en el video, yo leería este texto mientras escucho la canción.

Palabras para Julia.
Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

miércoles, 21 de julio de 2010

Primavera de tarde.

Hace una hora que hemos hablado por teléfono y ya estoy ansioso por llegar al bar donde quedamos habitualmente.
Ya no puedo esperar más tiempo, aunque llegue el primero tengo que irme ya.
Los pasos apresurados, el corazón late mucho más deprisa de lo que debiera. Los pensamientos también llegan demasiado rápidos. Hago cábalas con lo que me voy a encontrar al llegar, qué voy a pedir para beber (es pronto, mejor empezar con una cerveza porque si no la noche puede tener un final trágico).
De pronto un escalofrío recorre la espalda. ¿y si ya hay alguien allí?
El paso que se había relajado para dejar via libre a los pensamientos se vuelve a acelerar, las ideas atropellan a las piernas y viceversa. Es difícil mantener el equilibrio.
Cuanto más avanzo más parece que me alejo, tengo la sensación de que no voy a llegar nunca. Parece que no hay suficiente aire en el mundo para dar fuerza a mis músculos.
Las tibias están empezando a arder. ¿Por qué no habré cogido el coche?
Giro la última esquina, abro la puerta del bar. Respiro. Abro la segunda puerta del bar.
-Qúe tal Vicen, ¿qué quieres tomar?
Las pulsaciones bajan, me apoyo en un taburete y dejo los codos descansando sobre la barra. Miro el móvil por si me ha llamado alguien durante mi cabalgadura.

A ver si llegan estos pronto.

Hay una camarera nueva.

-Un ballantines con coca cola...

Ya no hay solución, tendremos una noche tragicómica.

Bendita Celestina.

Explicación de la primavera.

Es muy difícil reflejar la primavera.
El otoño, por todo lo que tiene de melancólico, se presta, acompañado por las musas, para el desarrollo "literario".
La primavera es una locura, es casi imposible estar quieto tiempo suficiente como para hilar tres frases seguidas.
La primavera quiere movimiento, no se puede ahogar la ilusión cinética de la primavera, ni aun intentándolo lograríamos el éxito en esta labor.
Lo mejor es dejar que se mueva, que fluya, que suba, baje y haga remolinos alrededor de la gente acariciandoles la cara y el cuerpo con sus torpes alas...
Normalmente, esta libertad acaba ofendiendo. Aunque es el momento del día en que nos sentimos más vivos.
La primavera es así, hay que quererla.

martes, 20 de julio de 2010

De la serie "Vuelta en coche".

Bajando por la Castellana hasta el Paseo del Prado las luces van pasando por la luna del coche como sordas luciérnagas. El Palacio de la Prensa iluminado y de pronto, gracias al orden aleatorio de la música, la canción que, sin saberlo, deseabas escuchar.
Algo cabizbajo, vuelves de mantener una velada agradable con gente variopinta. Por suerte las conversaciones han sido totalmente triviales...


-Pero, Vicen ¿cómo se puede entender el binomio cabizbajo-conversaciones agradables?


Con la explicación de lo que ha ocurrido te mostraré como el otoño nos acompañará, esta noche, hasta la cama.

Lo que ocurrió:

Pasan los minutos y la temperatura comienza a descender. Por fin se puede respirar. Una palabra llama tu atención y sonríes. Vuelves a la conversación y el mundo vuelve a estar habitado por gente como tú.


Llegado el momento de tu intervención algo frena el aliento en tu garganta. ¿qué es? no lo sabes pero no hablas, te limitas a seguir sonriendo. Redoblas los esfuerzos y, haciendo acopio de fuerzas, intentas vomitar algunas de las palabras que ha generado tu mente..... es imposible, toda tu atención está en otra parte... en la silla de al lado... te resignas, suspiras y vuelves la cabeza buscando guiño.


¿no puedes dejar eso para luego? -Inútil pregunta, la respuesta está clara-


-No, el otoño no me deja.

Seguimo explicando.

Con la explicación anterior no sé si habrá quedado claro la división entre las estaciones. Esto no hay que entenderlo como periodos de tiempo si no, más bien, como momentos, sensaciones... perfectamente podemos estar en otoño a las 5 de la tarde y a las 5:15 tener encima una primavera que no nos aguanta ni dios. Buscando esa claridad voy a ir dando pinceladas de estaciones para que vosotros y yo sepamos de lo que estamos hablando.

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domingo, 18 de julio de 2010

Presentación

Según estudios científicos el clima está cambiando, y con él las personas.
Una antigua leyenda cuenta que la vida siempre se ha dividido en cuatro estaciones en función de los latidos del corazón, de la cantidad de lágrimas que se asomen a la retina del alma y de la risa misteriosa que aparece sin sentido algunas noches sin luna. Con la prisa por morir que alimentamos cada minuto, no tenemos tiempo de diferenciar tantas emociones, es por esto que las estaciones se han reducido a dos:
Otoño: latidos lentos, cabeza ladeada, brillo en los ojos... de la ventana abierta de la casa de una antigua amiga nos llegan estas notas que nos ahogan con agónica angustia forjada en la garganta. En esta estación existe una clara esperanza de que la humanidad tiene algo interesante y bonito que decir y estamos dispuestos a escucharlo.
Primavera: El corzón se sale por la boca (a veces literalmente), la espalda erguida, la mirada desafiante, a nuestro lado pasa un coche con las ventanas bajadas y la música a toda hostia, no se puede hablar, hay que gritar. La gente que se mueve a nuestro lado parecen zombis de cuencas vacías con cabezas vacías... todo el mundo se ha transformado en un cacho carne con ojos que sólo existe para que nuestras más bajas pasiones se vean, por fín, satisfechas.
... pues este blog trata de resumir un poco todo esto...