martes, 14 de diciembre de 2010

Como tiene que ser.


Cuentan los ancianos que aquella iglesia, que hoy está en ruinas, fue la sede de la sonrisa sincera de cientos de santos de siglos pasados. Nadie lo diría viendo el estado en que hoy se encuentra.
Ayer mismo seguí, con la vista, el vuelo de una cigüeña. Iba, como no podía ser de otra manera, con una ramita en el pico. En la única columna que hoy le queda a la construcción se posó y con mucho mimo y cuidado, como no podía ser de otra manera,  la puta cigüeña colocó la ramita y acomodó su culo en el nido que había preparado durante meses… como no podía ser de otra manera.
Todo era tan natural, tan previsible, tan reaccionario que sentí que podía morir en ese mismo momento y sólo me transformaría en humus que alimentara a los gusanos bajo la tierra.
Y entonces imaginé. Soñé con el momento en que muchas columnas sustentaban la reclinada cubierta y cada teja, cada vidriera era un todo, un principio y un fin perfectamente ordenado que dejaba escapar, a través de su magnificencia, el sutil sonido de una simpática sonrisa.
Pero mi mente me traicionó, como no podía ser de otra manera, y el tiempo pasó y todos los pilares que sujetaban esa vida se fueron desmoronando, uno a uno, cayeron las piedras, los cristales y las tejas que protegían al alma que allí habitaba. Y de pronto se sintió desnuda y sola, y la risa desapareció para siempre. Los santos y las santas que sonreían con sorna viendo el espectáculo levitaron y se fundieron místicamente con la divinidad.
Y al final, imaginé una cigüeña como única compañera de las ruinas aprovechando la tranquilidad de la muerte que allí había quedado… nadie la molestaba. Con mimo y paciencia forjaba las bases de su nido sobre el único pilar que aún podía sostener algo, la fiel columna que permaneció erguida, valiente, desafiando al tiempo y el dolor. La columna encima de la cual la puta cigüeña se cagaba todas las noches, como no podía ser de otra manera.   

lunes, 29 de noviembre de 2010

Reflexión

Y, una mañana, el odio febril y demente que sentía, como el humo, se desvaneció entre una fresca brisa de otoño.

-Pesada carga la que has perdido -comentó un anciano, mientras liaba un cigarrillo, sentado en un poyo de piedra- mas no hinches orgulloso el pecho, tal vez, junto al odio, hayas perdido sin saberlo, su antagonista. Tu capacidad de odiar determina, en gran medida, tu entrega en el amor.

Prendió su cigarro y, perplejo, observé el humo que de él salía. Cuando apagó su cigarro comprendí que de su lado estaba la verdad y del mio la soledad.

sábado, 16 de octubre de 2010

Florecer en otoño

Cuando, por fin, se atrevió a mirarse en el espejo poco le sorprendió lo que escupía ese trozo de cristal; una tierra oscura, hojas secas y troncos con muerte por savia. Resultado de su vida mezquina y mediocre.  Hedor a pasado rancio. Otoño permanente.
El 23 de septiembre un dolor en el pecho le despertó, la falta de oxigeno que provocaba su acelerada respiración ya era tan agobiante que la luz de la habitación parecía desvanecerse. El suelo estaba helado y el sudor de las plantas de los pies  arañaba su espalda con las uñas del escalofrío. La mano al pecho, un bulto, el corazón se para... silencio.
La tos devuelve la vida y el espejo vomita su realidad... un brote.
Del alma inerte del mezquino nace la esperanza del nuevo bosque. Apenas del tamaño de una uña, la vida incipiente del joven sauce recuerda a la hierba recien cortada una mañana fría en la que el rocío limpió sus pies descalzos.
Momento idóneo para solicitar absolución. 
Perdón por el éxito, los fracasos, las intenciones (las buenas y las malas) y el sueño... y perdón por el futuro, la angustia venidera, el hastío, el enfado y el error...
el error de pensar que en la tierra que alberga sus raices aún reside su pasado...vivo...
el bosque crece lento en otoño.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Noche de Torment@

Me despertó el estruendoso goteo de la lluvia sobre el cristal de la habitación de la pensión. Era la segunda noche que intentaba dormir allí, y la segunda que no lo conseguía.
Un lampo... ¿tormenta o engaño de mi mente?.
El viaje era la guinda de un pastel que nadie quería terminarse por el sabor amargo que dejaba tras el primer sorbo de café.
Viendo que Morfeo había salido a por tabaco y no volvía, velé junto a la ventana contando las gotas aplastadas sobre el cristal con la esperanza de que alguno de los hipnos me viera y se apiadara de mis párpados cansados.

No fue así.

Un relámpago, y luego un trueno ensordecedor...

Así pasé toda la noche. Incluso cuando la tormenta hubo terminado y la gente dejó de correr para socorrerse bajo los soportales yo seguía viendo el rayo y escuchando el trueno.

El relámpago, en un segundo te ciega, todo se vuelve claro a pesar de que no se distinguen las caras de los seres queridos, luz en la noche, más claro, incluso, que la claridad del día...
El trueno, incómodo compañero inseparable que siempre llega tarde, estruendo sin fin, molesto temblor de los sentidos, interminable. Tras su embustero fin el eco entre las montañas despierta animales y ánimas, ensombrece el ánimo, da pavor...

Hoy ya no vislumbro el lampo pero resuena dentro de mí el trueno.

Entonces, amigo, ¿me entiendes?

la caricia es un rayo y el trueno... el dolor.

jueves, 22 de julio de 2010

Otoño prestado

Inauguro hoy una nueva etiqueta en mi blog, es una entrada triste: "sin palabras".
Lo utilizaré cuando no tenga nada que decir (o prefiera callarmelo, claro jeje).
En cualquier caso os regalo un pedacito de otoño, aunque con ciertos retazos de primvarera, que he tomado prestado.
Letra de Goytisolo, la adaptación de Los Suaves. También viene la letra en el video, yo leería este texto mientras escucho la canción.

Palabras para Julia.
Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

miércoles, 21 de julio de 2010

Primavera de tarde.

Hace una hora que hemos hablado por teléfono y ya estoy ansioso por llegar al bar donde quedamos habitualmente.
Ya no puedo esperar más tiempo, aunque llegue el primero tengo que irme ya.
Los pasos apresurados, el corazón late mucho más deprisa de lo que debiera. Los pensamientos también llegan demasiado rápidos. Hago cábalas con lo que me voy a encontrar al llegar, qué voy a pedir para beber (es pronto, mejor empezar con una cerveza porque si no la noche puede tener un final trágico).
De pronto un escalofrío recorre la espalda. ¿y si ya hay alguien allí?
El paso que se había relajado para dejar via libre a los pensamientos se vuelve a acelerar, las ideas atropellan a las piernas y viceversa. Es difícil mantener el equilibrio.
Cuanto más avanzo más parece que me alejo, tengo la sensación de que no voy a llegar nunca. Parece que no hay suficiente aire en el mundo para dar fuerza a mis músculos.
Las tibias están empezando a arder. ¿Por qué no habré cogido el coche?
Giro la última esquina, abro la puerta del bar. Respiro. Abro la segunda puerta del bar.
-Qúe tal Vicen, ¿qué quieres tomar?
Las pulsaciones bajan, me apoyo en un taburete y dejo los codos descansando sobre la barra. Miro el móvil por si me ha llamado alguien durante mi cabalgadura.

A ver si llegan estos pronto.

Hay una camarera nueva.

-Un ballantines con coca cola...

Ya no hay solución, tendremos una noche tragicómica.

Bendita Celestina.

Explicación de la primavera.

Es muy difícil reflejar la primavera.
El otoño, por todo lo que tiene de melancólico, se presta, acompañado por las musas, para el desarrollo "literario".
La primavera es una locura, es casi imposible estar quieto tiempo suficiente como para hilar tres frases seguidas.
La primavera quiere movimiento, no se puede ahogar la ilusión cinética de la primavera, ni aun intentándolo lograríamos el éxito en esta labor.
Lo mejor es dejar que se mueva, que fluya, que suba, baje y haga remolinos alrededor de la gente acariciandoles la cara y el cuerpo con sus torpes alas...
Normalmente, esta libertad acaba ofendiendo. Aunque es el momento del día en que nos sentimos más vivos.
La primavera es así, hay que quererla.

martes, 20 de julio de 2010

De la serie "Vuelta en coche".

Bajando por la Castellana hasta el Paseo del Prado las luces van pasando por la luna del coche como sordas luciérnagas. El Palacio de la Prensa iluminado y de pronto, gracias al orden aleatorio de la música, la canción que, sin saberlo, deseabas escuchar.
Algo cabizbajo, vuelves de mantener una velada agradable con gente variopinta. Por suerte las conversaciones han sido totalmente triviales...


-Pero, Vicen ¿cómo se puede entender el binomio cabizbajo-conversaciones agradables?


Con la explicación de lo que ha ocurrido te mostraré como el otoño nos acompañará, esta noche, hasta la cama.

Lo que ocurrió:

Pasan los minutos y la temperatura comienza a descender. Por fin se puede respirar. Una palabra llama tu atención y sonríes. Vuelves a la conversación y el mundo vuelve a estar habitado por gente como tú.


Llegado el momento de tu intervención algo frena el aliento en tu garganta. ¿qué es? no lo sabes pero no hablas, te limitas a seguir sonriendo. Redoblas los esfuerzos y, haciendo acopio de fuerzas, intentas vomitar algunas de las palabras que ha generado tu mente..... es imposible, toda tu atención está en otra parte... en la silla de al lado... te resignas, suspiras y vuelves la cabeza buscando guiño.


¿no puedes dejar eso para luego? -Inútil pregunta, la respuesta está clara-


-No, el otoño no me deja.

Seguimo explicando.

Con la explicación anterior no sé si habrá quedado claro la división entre las estaciones. Esto no hay que entenderlo como periodos de tiempo si no, más bien, como momentos, sensaciones... perfectamente podemos estar en otoño a las 5 de la tarde y a las 5:15 tener encima una primavera que no nos aguanta ni dios. Buscando esa claridad voy a ir dando pinceladas de estaciones para que vosotros y yo sepamos de lo que estamos hablando.

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domingo, 18 de julio de 2010

Presentación

Según estudios científicos el clima está cambiando, y con él las personas.
Una antigua leyenda cuenta que la vida siempre se ha dividido en cuatro estaciones en función de los latidos del corazón, de la cantidad de lágrimas que se asomen a la retina del alma y de la risa misteriosa que aparece sin sentido algunas noches sin luna. Con la prisa por morir que alimentamos cada minuto, no tenemos tiempo de diferenciar tantas emociones, es por esto que las estaciones se han reducido a dos:
Otoño: latidos lentos, cabeza ladeada, brillo en los ojos... de la ventana abierta de la casa de una antigua amiga nos llegan estas notas que nos ahogan con agónica angustia forjada en la garganta. En esta estación existe una clara esperanza de que la humanidad tiene algo interesante y bonito que decir y estamos dispuestos a escucharlo.
Primavera: El corzón se sale por la boca (a veces literalmente), la espalda erguida, la mirada desafiante, a nuestro lado pasa un coche con las ventanas bajadas y la música a toda hostia, no se puede hablar, hay que gritar. La gente que se mueve a nuestro lado parecen zombis de cuencas vacías con cabezas vacías... todo el mundo se ha transformado en un cacho carne con ojos que sólo existe para que nuestras más bajas pasiones se vean, por fín, satisfechas.
... pues este blog trata de resumir un poco todo esto...