martes, 20 de julio de 2010

De la serie "Vuelta en coche".

Bajando por la Castellana hasta el Paseo del Prado las luces van pasando por la luna del coche como sordas luciérnagas. El Palacio de la Prensa iluminado y de pronto, gracias al orden aleatorio de la música, la canción que, sin saberlo, deseabas escuchar.
Algo cabizbajo, vuelves de mantener una velada agradable con gente variopinta. Por suerte las conversaciones han sido totalmente triviales...


-Pero, Vicen ¿cómo se puede entender el binomio cabizbajo-conversaciones agradables?


Con la explicación de lo que ha ocurrido te mostraré como el otoño nos acompañará, esta noche, hasta la cama.

Lo que ocurrió:

Pasan los minutos y la temperatura comienza a descender. Por fin se puede respirar. Una palabra llama tu atención y sonríes. Vuelves a la conversación y el mundo vuelve a estar habitado por gente como tú.


Llegado el momento de tu intervención algo frena el aliento en tu garganta. ¿qué es? no lo sabes pero no hablas, te limitas a seguir sonriendo. Redoblas los esfuerzos y, haciendo acopio de fuerzas, intentas vomitar algunas de las palabras que ha generado tu mente..... es imposible, toda tu atención está en otra parte... en la silla de al lado... te resignas, suspiras y vuelves la cabeza buscando guiño.


¿no puedes dejar eso para luego? -Inútil pregunta, la respuesta está clara-


-No, el otoño no me deja.

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